Después de tanto tiempo sin actualizar el blog, hoy tras un final de cuatrimestre truncado, me ha pasado algo que me ha llenado de energía y aquí lo dejo en forma de carta breve, espero que os emocione tanto como a mi.
Todos estos días he imaginado cuántos sois este año, cuánto de fría estará el agua por las mañanas en el primer turno de cursillo de los peques de 3 años, si Rubio vendrá con cara de dormido o habrá salido temprano con la bicicleta, cómo ingeniármelas para que en menos de un mes estéis todos listos para la primera competición, cuántas miradas cómplices habría compartido con mi amigo Rafa, cómo de altos habrían sido mis gritos para espabilaros o cuántas sonrisas me habríais dedicado en la primera semana.. Pensamientos que me han inundado desde el día que supe que este comienzo de verano no lo pasaría junto a vosotros y que tal y como está transcurriendo, está siendo tan diferente a otros...
Hoy llamaron a la puerta de mi casa, no esperaba a nadie, abrí con curiosidad, y justo un instante después mi expresión describió mi alegría y mi sorpresa. Un grupo de personitas a las que añoraba me miraba, cuando al mismo tiempo alguien me preguntó: ¿Cómo estás?
Braulio, Mayte y su hermano Fran, Dani, Julián, María y Cristina con su mamá y mi amigo Rafa entraron a mi casa y se pasaron la tarde contándome cómo ha comenzado el verano para todos ellos, cómo han terminado el curso y qué están haciendo por la piscina estos días.
Por un momento y entre las charlas con ellos, me he parado a pensar: "qué suerte la mía", y en seguida me ha inundado un sentimiento que ha sido el punto culminante de mi recuperación.
Si ya sabía que erais GRANDES, hoy me lo habéis demostrado una vez más, me siento orgullosa de haberos conocido desde hace ya casi 6 años. Hemos crecido juntos, y a vuestro lado, me habéis enseñado a estar al frente de un equipo que creció en número y aprendió la disciplina de la competición de un deporte que se practica de forma individual pero que a la vez une en familia a todos aquellos que se sienten parte de la natación, y además, me habéis hecho grande con vuestras sonrisas todos los días, dejándome profundizar en vuestro rendimiento del entreno a través de la amistad y el cariño.
Sólo quiero que TODOS os sintáis orgullosos de ser cómo sois, y que desde donde esté este verano, no dudéis ni un sólo segundo que os estaré echando de menos, que os apoyaré como siempre lo he hecho y que dibujaré una sonrisa cada vez que me acuerde de cada uno de vosotros, porque nunca dejaréis de ser mis niños del equipo de natación.
Es para algunos inconcebible el disfrutar de un verano si se trabaja, mi punto de vista y la experiencia de estos años me ha enseñado todo lo contrario.