Hace ahora poco más de dos meses, el alcalde de Parla, poco popular en cuanto a personalidades políticas nacionales se refiere, se daba a conocer a través de los medios de comunicación debido a que la ministra de sanidad, encabezaba una lista alternativa para optar a la candidatura a la presidencia de la comunidad de Madrid.
En principio la lista de Trinidad Jiménez se presentó como única. Desde el PSOE federal se imponía una candidatura inesperada y se le pedía a Tomás Gómez, secretario general del PSM que se apartase para dar vía libre a la lista de Jiménez.
Ningún beneficio le trajo a Jiménez el momento, en el que Zapatero se decantó
publicamente a su favor con la posterior demanda a Gómez de su retirada por la lucha.
Sólo debia presentarse una lista. ¿Por qué?
¿Por qué una lista única? ¿No es más justo dejar paso a la democracia y que los ciudadanos decidan quién es mejor para desempeñar ese papel?
Qué mejor ejemplo que realizar unas elecciones pacíficas, con una campaña limpia y sana, y dejar al pueblo que elija a quién mas le convenza. De eso precisamente se trata la democracia.
Debemos trabajar por extinguir el amiguismo, el deísmo, la imposición que tanto se da en esta sociedad y en los altos cargos políticos.
En esta sociedad debe imperar sobre todo la libertad en todos sus sentidos, el pluralismo, la tolerancia y por supuesto la igualdad de oportunidades.
Es necesario el ser crítico, el hacer una retrospección hacia nuestro interior y pensar cómo estamos actuando para con nosotros mismos y con los demás, observar nuestro alrededor y cambiar lo que creemos injusto, transformar la realidad para hacer de ella, nuestro sueño utópico, material.
Tras el resultado de las primarias, con la victoria electoral de Gómez con 545 votos de diferencia a su favor, se puede traducir en que cuando se somete a votación popular una cuestion política de esta envergadura, nada ni nadie puede ser impuesto aunque luego se reflexione y se deje fluir la democracia.
En principio la lista de Trinidad Jiménez se presentó como única. Desde el PSOE federal se imponía una candidatura inesperada y se le pedía a Tomás Gómez, secretario general del PSM que se apartase para dar vía libre a la lista de Jiménez.
Ningún beneficio le trajo a Jiménez el momento, en el que Zapatero se decantó
publicamente a su favor con la posterior demanda a Gómez de su retirada por la lucha.
Sólo debia presentarse una lista. ¿Por qué?
¿Por qué una lista única? ¿No es más justo dejar paso a la democracia y que los ciudadanos decidan quién es mejor para desempeñar ese papel?
Qué mejor ejemplo que realizar unas elecciones pacíficas, con una campaña limpia y sana, y dejar al pueblo que elija a quién mas le convenza. De eso precisamente se trata la democracia.
Debemos trabajar por extinguir el amiguismo, el deísmo, la imposición que tanto se da en esta sociedad y en los altos cargos políticos.
En esta sociedad debe imperar sobre todo la libertad en todos sus sentidos, el pluralismo, la tolerancia y por supuesto la igualdad de oportunidades.
Es necesario el ser crítico, el hacer una retrospección hacia nuestro interior y pensar cómo estamos actuando para con nosotros mismos y con los demás, observar nuestro alrededor y cambiar lo que creemos injusto, transformar la realidad para hacer de ella, nuestro sueño utópico, material.
Tras el resultado de las primarias, con la victoria electoral de Gómez con 545 votos de diferencia a su favor, se puede traducir en que cuando se somete a votación popular una cuestion política de esta envergadura, nada ni nadie puede ser impuesto aunque luego se reflexione y se deje fluir la democracia.
Me alegra que haya triunfado Tomás López...No le voy a votar...pero en mi fuero interno me produce una sensación de rebeldía muy alentadora...
ResponderEliminarEs posible la libertad, es posible la crítica!
Buena experiencia, aprenderá Zapatero el mensaje?
Ha sido una gran lección,espero y deseo que hayan aprendido de ella tanto Zapatero como muchos otros y otras, que en ese sentido son igual o incluso me atrevería a decir que peor que él.
ResponderEliminar