Hoy me gustaría compartir una parte de una historia personal, un episodio muy especial.
Sólo expondré una parte,puesto que mi relato es largo. Cada semana hasta la finalización de dicha historia, os dejaré un poquito más de mi hazaña.Espero que os guste.
Hará dentro de 6 días un año desde que comencé una aventura que me cambió radicalmente mi forma de pensar, de ver las cosas y también, de valorar otras.
El 19 de octubre de 2009 emprendí un viaje, una aventura hacia la ciudad de las ciudades, hacia la gran manzana, la ciudad del Empire State, de los pancakes y Central Park: Nueva York.
Y me refiero a este como aventura, pues me planté en la T4 de Madrid sola con dos maletas, una guía, mi abrigo y un periódico; esperando mil historias que vivir.
Después de que una muy amiga mía partiera hacia California una semana antes, ya comencé a sentir los nervios de que, a poco me tocaba a mi cambiar euros por dólares y despedirme.
Fue en este periplo donde pude conocerme más a mi misma y a dos personas maravillosas con las que casualmente coincidí en esta gran experiencia: una jerezana muy simpática, que se convertiría al llegar a la New Yorker en mi compañera de habitación y una galleguiña con mucha marcha.
Tardó nuestro avión 8 horas en llegar al destino: el JFK, en ellas, compartí mi vuelo con una chica muy simpática, que muy amablemente me enseñó cómo llegar a sitios que siempre había soñado visitar o dónde comer bien, sin necesidad de probar hamburguesas (aunque reconozco que las comí, y más de una, de diferentes restaurantes. Es América).
El aterrizaje fue INCREIBLE, a pesar de las nubes y del día gris, me acerqué a la ventanilla y observe una estampa que se me quedó grabada en la retina, jamás se me olvidará esa fotografía de Manhattan mientras el avión descendía, aún me emociona el recordarlo.
A mi llegada al aeropuerto, me sentí extraña, recorrí un pasillo con la jerezana, estábamos pasmadas, observando todo( y eso que era un aeropuerto como cualquier otro).
Mi primer contacto en "inglés" fue con un agente del "police department", latino, que conocía perfectamente el origen del vuelo que acababa de aterrizar, por lo que me habló en español. Yo estaba tan nerviosa que comencé a manejarme con el inglés hasta que el buen hombre me dijo que me tranquilizara, que me estaba hablando en mi idioma. ( Después de haber escuchado diferentes historias de las llegadas de turistas al JFK nada agradables con encontronazos con policías que parecen armarios y demás infortunios, pasé un momento de agobio y bloqueo y así me ocurrió. Nada de lo que cuentan es cierto, al menos en mi caso, los newyorkinos siempre están atentos y son gentiles a la hora de ayudarte).
Mi primer contacto en "inglés" fue con un agente del "police department", latino, que conocía perfectamente el origen del vuelo que acababa de aterrizar, por lo que me habló en español. Yo estaba tan nerviosa que comencé a manejarme con el inglés hasta que el buen hombre me dijo que me tranquilizara, que me estaba hablando en mi idioma. ( Después de haber escuchado diferentes historias de las llegadas de turistas al JFK nada agradables con encontronazos con policías que parecen armarios y demás infortunios, pasé un momento de agobio y bloqueo y así me ocurrió. Nada de lo que cuentan es cierto, al menos en mi caso, los newyorkinos siempre están atentos y son gentiles a la hora de ayudarte).
Salimos del JFK, estaba nublado y comenzaba a llover, cientos de taxis amarillos llegaban y se ivan sin parar de aquella avenida, tomamos el primero de una fila que estaba en frente de la acera de la salida del aeropuerto, y le dije al taxista que por favor, nos llevase a la residencia New Yorker de la 8º Ave. con la calle 34st.
Comenzamos nuestro trayecto en aquel taxi tan común en NY, pero tan especial para nosotras, y cuando nos adentramos en la ciudad, el autocar amarillo empezó a tomar calles que llevaban hasta la que iva a ser durante tres semanas nuestra casa.
Comenzando a descubrir la ciudad, el primer edificio que vimos fue el Chrysler, espectacular. Su aguja de acero acariciaba el cielo que parece más alto aún desde allí, pues los interminables rascacielos a veces, dan la sensación de impedir contemplar las estrellas. Estaba encendido, pues eran las 6 de la tarde, hora en la que comienza a anochecer.
Cuando el conductor del taxi estacionó el vehículo, tras la ventana mojada por la lluvia, pude observar la entrada de un hotel con muy buena "pinta", en la que esperaba un señor gordito y bajito uniformado, que nada más nos vio salir del coche, comenzó a sonreir y a preguntarnos si necesitabamos ayuda. Fue él quién nos recibió a nuestra llegada, y después de tantas horas de viaje le agradecimos su simpatía y educación.
Subimos hasta la habitación de la jefa de seccion de estudiantes que nos hizo una foto para nuestra tarjeta personal de la New Yorker y comenzó a explicarnos en el inglés más americano, el uso, las normas y las actividades de la residencia.
Nos proporcionó nuestra llave y subimos a la planta 16. El pasillo enmoquetado de paredes verde claro estaba lleno de puertas del mismo color, adornadas con una pequeña placa con números. Nos detuvimos delante de la 1637.
Abrimos la puerta y al entrar, sorprendidas, contemplamos que justo en frente del gran Empire había una ventana, la de nuestra habitación.
esa californiana soy yo!!
ResponderEliminaraaaay, qué de recuerdos en estas fechas, eh??
sin duda será el viaje de nuestras vidas.
Cada dia me asombra más lo bien que escribes y la forma tan peculiar que tienes de detallar las experiencias hasta llegar al punto de trasmitirnos todos tus sentimientos tal y como los has vivido tú, y eso me encanta. Al leer tu entrada me he imaginado como seria llegar a esa ciudad tan grande e impresionante y como sería vivir 3 semanas junto a personas desconocidas y en un entorno totalmente contrario al cotidiano. En resumen me ha encantado tu entrada y espero leer muchas mas así. Posdata: TeQuiero
ResponderEliminarSabes que es así...
ResponderEliminarNo cambies californiana que te quiero!!
enanaaaaaa, quiero más!!
ResponderEliminarme gustan más tus entradas relacionadas con tu vida personal tan de lleno, pq me pongo totalmente en tu pellejo... joé, si me lo he imaginado todo toditooo...
espero q no tarde mucho la 2ª entrega eh?
tequiero (:
Gracias Currin, es precisamente lo que cuentas, lo que quiero hacer sentir a quién me lee, que a través de relatos podamos descubrir experiencias que aún no hayamos podido vivir.
ResponderEliminarGRACIAS por estar siempre ahí y apoyarme sobre todo ahora.
Yo también espero que puedas leer todas las publicaciones que haga, a mi lado. Tq.
Qué sentimentales somos!!
ResponderEliminarComo ya te dije hace poco me encanta que te encante.
Prometo no tardar mucho en escribir la próxima, me hace feliz que me hayas escrito esto, eso significa que has leído lo justo para que te quedes con ganas de más, precisamente esa es otra cosa que pretendo con el relato de NYC.
Gracias por estar aquí,ayi,...tqq!
Como pasa el tiempo...un año ya...No solo me has arrancado una sonrisa...me has hecho recordar taaaantas cosas...Aquel viaje supuso el comienzo de una vida buena...una manera diferente de ver las cosas...una manera diferente de sentir...
ResponderEliminarNo solo regresé a España con increibles vivencias...sino con la amistad de dos personitas muuuuuuuuuy especiales...
Gracias pekeña por acompañarme en esa aventura...por esos 21 días de risas...de lloros...de euforia...de cansancio...por convertirte en la hermana pequeña que nunca tuve...GRACIAS!
Nos veremos muuuuuuuuuuuuuuuy prontito!!!!
Te quiero my little sister!
MuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuAkkkkkkkkSSSSS!!!!
Bonita novelaa! Publicala que está teniendo éxito :P mu bien escrita sigue asii
ResponderEliminarTamara, en el día a día siempre aparece alguna cosa que nos hace recordar aquellas tres semanas, siempre sueño incluso despierta el regreso...
ResponderEliminarAsí tendré muchas más "hojas" de este cuaderno-web que escribir..
Gracias Carlos!! Me alegra muchísimo que me hayas leído, es importante para mi tu opinión licenciado!!
Un besoteeee
y solo has contado el viaje de ida...realmente yo tambien quiero que sigas publicando el resto del viaje.
ResponderEliminarAunque ya nos has repetido una y mil veces que fue una experiencia inolvidable así, con cada detalle por escrito, es mucho mas sencillo de imaginarlo todo, puesto que cuando lo contamos cara a cara hay pequeños, pero importantes, detalles que olvidamos contar.
Sigue así porque tienes una forma de transmitir las cosas que pocas personas son capaces.
Espero la 2º parte =)
Soy una incansable con las peripecias newyorkinas, soy consciente, y bien que lo saben mis más allegados, he aqui una prueba de ello.
ResponderEliminarEspero que a través de mis palabras, de este relato, podáis imaginar todos y cada uno de los detalles que viví en aquel viaje inolvidable como bien dice mi amiga Fini.
GRACIAS y no me cansaré de repetir gracias por compartir vuestra opinión conmigo, vuestras sensaciones. Me alegro, me hace feliz que os guste lo que escribo y me hace más feliz aún, el que la sensación que experimentéis después de leerme sea de tener ganas de más.
joooooooo porque no se ve mi comentarioooooooo!!!
ResponderEliminarte escribi jusro despues de curro....
estaba chulisimo..............
en fin....que sigas escribiendo mas y mas!! la ciudad de la luz siempre estara ahi para nosotras...que ganas de volver.
El viaje es un aprendizaje, tambien un gran paso hacia la madurez...si te fijas, muchas peliculas lo utilizan como motivo para ejemplificarlo!
Y nosotras en ese viaje maduramos, aprendimos y nos conocimos a nosotras mismas.
Tengo muuuuchas ganas de veros amigas! Un beso....estamos en contacto!!Sabela.