Editorial

La crisis del 2008
La crisis económica que sufre España venía advirtiéndose desde hace bastante tiempo, no obstante el punto álgido vivido por el país fue en el año 2008, contándose tres años hasta la actualidad. La recesión tuvo origen en los EEUU de América y entre los principales factores causantes estarían los altos precios de las materias primas, la sobrevalorización del producto, una crisis alimentaria mundial y energética, una elevada inflación planetaria y la amenaza de una recesión en todo el mundo. Además, España se vio inmersa en  una crisis crediticia, hipotecaria y de confianza en los mercados. El incremento de los precios de las materias primas fue un factor decisivo a la hora de entrar en una crisis económica, ya que desde el año 2000 pudo vislumbrarse un aumento, pero el punto de inflexión no se vivió hasta el año 2008, esencial fue la subida del precio del petróleo y de la comida que aumentó tanto, que comenzó a causar verdaderos daños económicos,  que amenazó con problemas aún más graves si cabe como el hambre en el Tercer Mundo y el estancamiento de la globalización, entre otros. A pesar de todo ello, a mitad del año 2010 el país comienza a salir de su recesión más grave, el Banco de España avanzó entonces que el PIB creció un 0,1% en el primer trimestre por el consumo, aunque estos datos fueron alentadores, aún queda un copioso trecho que recorrer hasta salir de esta situación de dificultad.. Una crisis que no conoce una definición exacta, pero que es clara en su objetivo: transformar la realidad que vivían todos los españoles hasta entonces, y que además de ajustar el bolsillo y verse inmersos en condiciones deplorables en algunos momentos, también se internó una crisis de ideas y valores, lo que llevó además, a una cierta oportunidad de cambio de todo ello. Cierto es que a consecuencia de ese ajuste en la economía familiar, el consumo de los hogares propició esa salida de la recesión del año anterior, según el análisis del Banco de España. No obstante, la mejora que se ha venido experimentando hasta hoy día, no ha bastado para desterrar los números rojos, lo incuestionable es que determinadas ayudas del gobierno como fue el plan 2000E, la ayuda de subsidio de desempleo, entre otras , han ayudado a los ciudadanos a llevar mejor la cuesta hacia arriba en la que se convierte este emplazamiento y si las instituciones y administraciones siguen recortando en sus presupuestos, los hogares españoles se verán aún más asfixiados, pero en un plazo medio-largo de tiempo, verán la solución que concluya esta situación de ahogo para muchos.


Qué hay de los jóvenes
La situación sociolaboral de los jóvenes en España es evidentemente peor a la que tienen en el conjunto de Europa. La situación de los jóvenes que anhelan  trabajar es ponderosamente precaria: este sector de la población soporta una altísima tasa de paro, lo que hace más complicada aún su participación en el mercado laboral. La amenaza del desempleo obliga a los jóvenes a soportar unas duras condiciones laborales a cambio de conseguir el ansiado empleo, condiciones que se interpretan en unos elevados niveles de temporalidad, en unos menores niveles salariales y en unos mayores niveles de flexibilidad laboral. La situación se agrava cuando estas precarias condiciones laborales pasan de ser temporal para convertirse en permanentes, conservándose un círculo vicioso del que difícilmente pueden escapar los jóvenes. No obstante, la situación laboral en España ha mejorado desde mediados de la década de los noventa, pero los indicadores que caracterizan la calidad del trabajo han empeorado. Debido a todo ello, esta situación debe evolucionar y modificarse radicalmente con la ayuda de las empresas, de la situación de los becarios y por una implicación mayor del sector perjudicado, existen oportunidades reales que no deben dejarse escapar y que muchos jóvenes pierden debido a la pasividad y al independizarse muy tarde de su unidad familiar.